me voy enfrentando a tanta cerradura,
te haces la tonta y no sé si sabes,
que no te va a servir ponerte tan dura.
Yo voy quemando, poco a poco, mis naves,
en pos de calmar la sed de mi tortura,
me duermo pensando en tus besos suaves,
en medio de una locura con cordura.
Te amo y te necesito mucho, no te trabes
ni te enredes con ninguna historia oscura,
es tan fácil como admitirlo y acabes
asumiendo que ésta es nuestra aventura.
Estamos habituados a vivir momentos graves,
soportando con transitoriedad esta locura,
nuestras almas migran como las aves,
cuando podemos besarnos con dulzura.
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