POR MUCHO QUE NO QUIERAS
Por mucho que no quieras, mi alma insiste,
Y sabes de sobras que no es un paripé,
Así que si no quieres verme muy triste,
No me regales nunca más un puntapié.
Tú eres la única mujer que yo amo,
No deberías de preguntar más el por qué,
Nada te debo ni tampoco nada te reclamo,
Solo quiero invitarte a tomar un café.
En la frontera que acaba la madrugada,
Lo mejor es ver tus ojos somnolientos,
A la sombra de un sol de justicia de verano.
Ahí es cuando mi alma te pide posada,
Porque su herida no se cura con ungüentos,
Ya sabes que todo queda en tu mano.
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