¡Mira que llega a ser cabroncete Cupido!
Me regala un ataque de amor a lo fiera,
Sin embargo contigo como que se ha dormido
Me está matando agónicamente la larga espera,
Si es que no se puede dar todo por sabido,
Si acaso. Lo único, que mi alma te venera.
Yo sigo al pie del cañón mirando que se obre
Ese milagro al fin, que es pan para el pobre.
26
Bajo aquella escalera el amor recién cuajado,
Parecía la flor de almendro medio hueca,
Faltaba saber que pasaba en el otro lado,
Para estar juntos aún faltaba mucha manteca,
El futuro se cocía y estaba bien labrado,
La esperanza a veces reluciente, a veces seca.
Los primeros escarceos con cara de cera,
El amor esperaba florecer por la primavera.
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