ahora tu mirada es eternamente fría,
el nudo de la garganta que me amordazaba,
se desanudó ayer cuando caía el día.
Tú eres una cordera con piel de loba,
pero me iría contigo de viaje en un ataúd,
mi alma que ya es mía, no me la robas,
te esperaré siempre al norte de mi sur.
Donde lucía algarabía luce la tristeza,
Tendré que pasarle a mi alma una escoba,
Ya no brilla en mis ojos aquella luz.
Empiezas a llenar mi corazón de maleza,
Te lo digo aunque sé que te joroba,
De momento camina errante este andaluz.
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