ante sus narices pasa veloz la vida,
los abrazos eternos a la almohada,
la realidad se supera muy bien cosida.
Vivimos una guerra demasiado pactada,
Tu mente anda extremadamente convencida,
Al mundo hay que darle alguna patada,
dejando al alma alocada y desvestida.
No sé si se cumplirán nuestros anhelos,
Lo único que mi mente tiene muy claro,
Es que bendice cada día aquella escalera.
Me paso los días rogando a los cielos,
No debería de parecerte tan raro,
Mi vida ya es tan solo una triste espera.
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