Dedicado a un amiguete argentino que tiene doble moral iba para cura, pero en sus actos iba para obispo.
Amigo, sin remeras las carreteras
estarían huérfanas y a oscuras,
además, sus orillas sin bombillas,
lucirían amargamente sin locuras.
Amigo, sin remeras las rameras,
dejarían los corazones apátridas,
como fronteras sin centinelas,
las cantinelas no me son divertidas.
Una gran estatua en cada plaza,
una calle mayor en cada pueblo,
una lección en cada libro de texto.
La hipocresía no debe salir de caza,
la libertad de expresión la amueblo,
¿Existen?, doy fe y sin poner pretexto.
¡Viva la Magdalena,
que hasta el Nazareno
trajinó con ella!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario