No me quieras dar un revés,
que yo me visto por los pies
de mi corazón.
No me hagas sentir culpable,
de una historia tan terminable,
y tan llena de amor.
Hemos llegado a un punto,
en el que ya no soy presunto
enamorado.
Si por mal fracasamos,
no será porque no nos dejamos
la piel por estar al lado.
A Cupido le haré cumplida venganza,
si al final no inclina la balanza,
a nuestro favor.
Y San Pedro que se vaya preparando,
en cuanto llegue estaré aporreando
su puerta con fruición.
Contigo quiero aprobar el examen del congreso
de amores, caricias, abrazos y besos,
en un cuarto oscuro.
Así tendremos la oportunidad de quien repite,
con el ardor de quien compite,
para labrarnos un precioso futuro.
Y al final ganaré la apuesta,
te arrancaré un si por respuesta,
con nuestras almas en apoteósico aplauso.
Y viviremos, al fin, juntos por siempre,
sin tener que escondernos de la gente
con el miedo que nos embarga, en desuso.
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