No tenías que habérmela traído,
anda, dame un par de besos,me voy a tener que enfadar.
Antes de venir ya me había ido,
me dejas los sentimientos tiesos,
harto de dar rodeos y nadar.
Siempre a contracorriente,
navegando en un mar de dudas,
sin saber nunca a qué atenerme.
Acabaré loco, seguramente,
Si no me cambio tú no te mudas,
Yo soy el que mal duerme.
Sólo como libro olvidado en un banco,
como un rosal en pleno desierto,
como la carta que nunca llega a destino.
Sólo, sí, muy solo, herido por el flanco,
Como el pañuelo agitado en el puerto,
Como la verja que nos separa el camino.
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