Ya estamos en otro viernes oscuro y marrón,
sin ti, en las puertas de otro fin de semana,
llenando las horas muertas con un crucigrama
de letras imaginarias que aguantan el chaparrón.
Un nuevo sábado sin poder rozar tus labios,
con tu aroma a varios kilómetros de distancia,
de nuevo una noche de escalofríos solitarios,
al sentirme tan solo y tan sin importancia.
El domingo triunfa una enorme desgracia,
es largo, eterno, sin poder mirar tu cara,
me siento muy triste y muy solo, aburrido.
El lunes otra vez al trabajo, con eficacia,
te veo, te miro y te sigo, todo se aclara,
he logrado vencer el olvido de tu olvido.
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