La mente siempre va por su lado,
el corazón se siente esquivado,
pero no se puede forzar nada.
Triste y solo, desolado,
alicaído, tonto, cabreado,
porque el cuento ya se acaba.
Llegará un día no muy lejano,
en el que caminemos de la mano,
en campos muy equidistantes.
Tú serás la más preciosa,
la que me despreció una rosa,
después del después del antes.
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