viernes, 4 de mayo de 2012

758 PASASTE DE COMPAÑERA A JEFA


El presente poema es una carta de felicitación por el ascenso ( o descenso), de una persona entrañable dentro de la empresa donde trabajo. Fué mi compañera, mi becaria, después mi Jefa, ahora otra vez mi compañera).

Pasaste de compañera a jefa,
A comienzos de un verano,
Sin que se te subiera a la cabeza,
Yo te tendí franca mi mano.

Pasamos un verano lleno
de anécdotas, con confianza,
me parece que has hecho el pleno,
como un Don Quijote con salero,
yo me quedo el papel de Sancho Panza.

Compañera, como alumna aventajada,
Sigues subiendo escaleras,
Con tu sonrisa en primavera,
Y tu barriga de embarazada.

Ya has adelantado al maestro,
Que se siente muy orgulloso,
Y con los ojos medio llorosos.
Te da el capotazo del mejor Diestro.

Te lo has ganado con creces,
Pero, ¿Dónde quedo yo ahora?
Sin duda estas donde mereces,
Sabes que la gente te adora.

Y si asoma algún envidioso,
Que seguro que alguno queda,
Será algún ejecutivo casposo,
Así que sálvese quien pueda.

Por mi parte la alegría me hormiguea,
Por seguir siguiéndote la pista,
Por haber sabido conseguir la conquista,
Y también por tu felicidad, Andrea.



Bienvenida al club de los que sufren en los fogones y se sienten muchas veces solos, desamparados e incomprendidos. Ahora verás que es cierto que casi no tenemos atribuciones y sin embargo nos piden, a menudo, toda la responsabilidad de los hoteles. Pero ésta profesión sigue siendo una pasada.

Mi más sincera enhorabuena, mami.

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