durmiendo en la misma almohada,
matándonos a besos, como si nada,
viviendo en sana paz, gloria bendita.
Te extraño porque estás ausente,
porque nos estamos perdiendo mil besos,y sabemos que nos queremos, solo por eso,
te has apropiado por siempre de mi mente.
Cargamos a cuestas con la condena,
de tener que convivir con ésta pena,habitando cada día en la desesperanza.
Sólo podemos vernos en la lejanía,
intentando sobrevivir a la agonía,sin querer romper por nosotros una lanza.
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