sábado, 4 de febrero de 2012

628 UNA TÓRTOLA ESTA TRISTE


Una tórtola está melancólica y triste en su jaula, 
ve pasar su vida de largo tras los barrotes,
el vientecillo le trae un aroma que pulula,
suspiros nuevos que nacen con verdes brotes.

A veces, a lo lejos, ve volar solo y en libertad,
al tórtolo que ama hace meses, en silencio,
le mira, le habla y le acaricia con su mirar,
a sabiendas de que puede pagar un alto precio.

Sigue soñando con que un día pueda llegar,
el momento por el que ella sigue suspirando,
aunque ni lo vea ni le habla, no puede negar,
que entre sollozos cada noche, le sigue amando.

El corazón le susurra que le debe de hacer caso,
pero su mente calculadora le dicta lo contrario,
parece que su cálculo es lento, poder ir paso a paso,
su alma canta fúnebre, con el tañer del campanario.

Su gran sueño dorado es poder salir de su cárcel,
para volar siempre en libertad al lado de su amado,
pero su gran problema es que no tiene las llaves
en su mano, y no quiere hacer daño a su costado.

Mientras tanto, cada día, se conforma con lo poco
que puede disfrutar de su compañía fría y lejana,
mientras urde en su mente el cómo salir del pozo,
para vivir el soñado, magnífico y feliz mañana.

Un futuro lleno de alegría, algarabía y regocijo,
una inmensa paz instalada en su alma enamorada,
un alto precio a pagar por poner su ser a cobijo
del tórtolo que la quiere hacer su feliz sultana.

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