ALEJANDRINOS
Cuando te enamoras, no necesitas mentiras,
es más, llegan momentos demasiado castizos,
es como si un verano cayeran los granizos,
te haces solo cosquillas, hasta cuando respiras.
La más delgada línea, el paso fronterizo,
que separa la gran amistad del mas grande amor,
es como la rutina diaria de una enorme flor,
con su perfume etéreo, fugaz, resbaladizo.
Por mirarte me dan las dos, las tres y las cuatro,
todo es segundo plano, me vuelvo olvidadizo,
tu mirada siempre ejerce en mi un enorme hechizo,
la vida pasa cual preciosa obra de teatro.
Al verte el color del cielo es como puro neón,
¡hágase la luz! y el amor dulce también se hizo,
al soñar contigo, en mis sueños me deslizo,
por un gran tobogán, cantando a pleno pulmón.
Para nada tengo más cuento que el gran Calleja,
ni necesito hablar contigo en un camerino,
si me premias con un premio, mejor de platino,
que suene la banda sonora: "Entre Candilejas".
A veces se funden los plomos y las bombillas,
paso de todo, de comentarios de la basca,
de ser tonto del culo, por ser el que no rasca,
respeto luces azules, rojas, y amarillas.
No te puedo prometer más ni el oro ni el moro,
no quiero que me acuses más de ser un membrillo,
no hace falta que lustres ni que me saques brillo,
solo quiero que me quieras con cierto decoro.
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