Llegó el momento de ver si mi alma se atreve,
A descolgar la pertinaz señal de vado,
Seis años a dos velas es mucho tiempo confiado,
Al inicio del principio esperaba algo más leve.
¿Los momentos de gloria? un bien escaso y breve,
Los he vivido con la fuerza del hormigón armado
Creo que ha llegado el momento de ser más osado,
Ahora he de reiniciarme, mi mente me lo debe.
Este amor de tan vigoroso ha sido ilustre,
Te quiero con constancia y con arrojo fuerte,
Nunca he dado cabida al hastío ni al quebranto.
Mi corazón necesita que alguien lo lustre,
Te digo hasta nunca y que tengas mucha suerte,
Es hora de recomponerse y cesar en el llanto.
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