A veces con tus palabras me siento perdido,
Y mi alma solo atina a rogar al alto cielo,
Para que te quites de una maldita vez el velo,
Y sientas un poco lo mismo que yo he sufrido.
Mi única aspiración es conseguir ser tu marido,
Pero para ello has de olvidar tu recelo,
La mirada has de levantarla ya del suelo,
Porque este amor no puede seguir escondido.
Los corazones han de ser los únicos testigos,
Sus latidos al unísono han de ser apuntados,
Y dejar que hagan lo que quieran los enemigos.
No podemos seguir malviviendo tan asustados,
Los miedos nunca han sido buenos amigos,
Grandes amores no pueden ser grandes pecados.
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