Yo te amo y no es algo de repente,
Tampoco puedo decir que estaba prevenido,
Me he subido al carro como he podido,
Tampoco mi verbo es demasiado elocuente.
Al menos sí que puedo decir que es decente,
Con los brazos abiertos lo he recibido,
No tengo conciencia de cómo ha sido,
De amoríos anteriores entiendo escasamente.
A fe que te entrego entera el alma mía,
Rebosante de amor y con mucha templanza,
No anida en mí ni un ápice de hipocresía.
Agradezco de antemano tu buena enseñanza,
Juntos amaneceremos en un nuevo día,
Y recibirán nuestras almas las alabanzas.
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