No digas nunca jamás ni todavía,
Cuando llegues y no sepas qué más decir,
Simplemente pronuncia un nombre: María,
Y verás cómo empiezas a sonreír.
No necesitas irte más por las ramas,
Es seguro que alguna se pueda romper,
Entonces vas y te quedas con las ganas,
De que venga rápido y la puedas ver.
Ni des tantas vueltas ni tantos rodeos,
Pues total, su presencia te desmorona,
Te quitan hasta el hipo sus parpadeos,
Ella colchonera y tú del Barcelona.
Sorprenderla es lo único que pretendo
Entre poemas y risas, sobre un mantel,
Es un solete increíble… ¡Resumiendo!:
María Gómez Bermúdez Coronel.
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