Ya ni siquiera me dedicas un hasta luego
siempre has tenido bajo tu manga un buen as,
te advertí que te quemarías con tanto fuego,
y ahora me echas la culpa, ¡faltaría más!
No serás más destinataria de lo que escribo,
esto ni es, ni se parece a lo bueno que antes fue,
tanto desprecio por tu parte no es de recibo,
para decirte adiós no necesito ningún juez.
Se queda mi amor huérfano de ser tu destino,
porque al parecer nuestro amor ahora no toca,
y parece que vamos a ser ajusticiados.
Murió de un ataque de desamor repentino,
Provocado porque cerraste fuerte tu boca,
Tu reino ahora es el de los desenamorados.
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