Yo no soy ni pretendo ser una eminencia,
Toda mi vida la tienes ante ti postrada,
Mi amor quiere dejar tu frente coronada,
Y conseguir contigo la mayor descendencia.
Tus favores he de ganarme con inteligencia,
Cuidando al máximo tu cara tan sonrosada,
Defender nuestro idilio con la espada,
Y andar a cuestas siempre con la prudencia.
Mi alma sabe muy bien a quien se arrima,
En amor es quizás en lo único que se adelanta,
Moriría de dolor si ve que se te lastima.
Espero alcanzar pronto tu gracia, tanta
Como te ha sido regalada y esparcida encima,
Y ser tu sol cada mañana que se levanta.
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