Siempre siembras de forma peregrina,
Ni en una romería eres un romero,
Tus barbas no las afeita un barbero,
Vives en medio de la indisciplina.
Tu mente retorcida da quinina,
Tu lengua es como un látigo de cuero,
Esos versos, son versos de cuatrero,
Tu halitosis alimenta a tu inquina.
Tu tinta va a la deriva y navega
Contra la bondad de un acantilado.
Esperpento de la buena escritura.
Tu mala poesía sabes que no llega
A etéreos tobillos de un mutilado,
Tu vida discurre por la amargura.
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