Ha muerto el Rey Rojo, un tiburón financiero,
del Hispanoamericano que canta Sabina,
Santander, España y el mundo entero se inclina,
Este es el dolor del triste color del dinero.
Con los versos desabridos de este aceitunero,
Se pretende rendir homenaje sin inquina,
En las redes sociales falta mucha insulina,
La marca España ha perdido a un buen pregonero.
Las finanzas eran su gran sapiencia supina,
Se ha quedado triste hasta el músico del Bombín,
la izquierda ya no luce rojo con moralina.
Los gurús de la Bolsa no harán ningún motín,
Alguno aprovecha para sacarse la espina,
Descanse eternamente en Paz Don Emilio Botín.
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