ALEJANDRINOS
Ya no quieres oír por nunca más mis lamentos,
No se quedan varados en el lecho del río,
la corriente fría y rápida, con juramentos,
los lleva hasta el triste e inmenso mar de tu olvido.
Ya no te interesa oír ni entender mis plegarias,
Que viajan veloces a lomos de un viento helado,
o a veces a ras del suelo con unas sandalias,
Porque siempre y siempre, sin dudarlo, te han amado.
Ya no quieres verme ni de lejos, ni en pintura,
has sido mi preciosa Virgen de la Amargura,
hasta tus dulces besos saben hoy a vacío.
Han conseguido tus tristes artes que me aleje,
ya ni quiero ni pretendo ser más un hereje,
Puedes seguir viviendo a tu libre albedrío.
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