Una espesa y apabullante niebla,
está cegando mi luminosa primavera,
no hay resquicio a la duda
no hay otras sendas,
lo que otras veces ha entrado
hoy bloquea la puerta.
Cegada, cerrada a cal y canto,
ya no está entreabierta,
el alma suelta
un quejido lleno de tristeza.
las horas van cayendo
como caen las hojas secas,
que copan todos los caminos
y todas las veredas.
Una lágrima completa su historia
desde la mejilla hasta la tierra,
antes de tocar el suelo,
se desliza por su camino, muerta.
las almas encadenadas,
parece que no se sueltan.
La puerta está iluminada
por la luz amarillenta
de una farola que luce
escondida tras de la niebla.
está cegando mi luminosa primavera,
no hay resquicio a la duda
no hay otras sendas,
lo que otras veces ha entrado
hoy bloquea la puerta.
Cegada, cerrada a cal y canto,
ya no está entreabierta,
el alma suelta
un quejido lleno de tristeza.
las horas van cayendo
como caen las hojas secas,
que copan todos los caminos
y todas las veredas.
Una lágrima completa su historia
desde la mejilla hasta la tierra,
antes de tocar el suelo,
se desliza por su camino, muerta.
las almas encadenadas,
parece que no se sueltan.
La puerta está iluminada
por la luz amarillenta
de una farola que luce
escondida tras de la niebla.
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