domingo, 7 de abril de 2013

1100 CANTANDO LAS NANAS DE UNA CEBOLLA

 
Cantando las nanas de una cebolla,
han llegado en volandas velas lilas,
ni tan siquiera les hacen falta pilas,
porque ya no arde ni se apaga Troya.

Bicicleta de paseo, gracias con susto,
un bello faro lila apagado la alimenta,
descarga con furia inusitada la tormenta,
¿Dónde carajo se puede encontrar lo justo?

Estado de ansiedad catatónico, melancolía,
imposible de olvidar tantos besos robados,
indelebles en la mente quedan los no dados,
aunque te acusan a diario de mucha osadía.

Resulta que al final aflora el mal genio,
después de aguantar mil y un hachazos,
mil caras impropias, millares de rechazos,
sin remotas ganas de amar por convenio.

Bocinas que claman al cielo justicia divina,
alborotando aires y tronando los vientos,
letras de canciones abrazan como sarmientos,
prefiere quedarse en el bar de la esquina.

Epístolas y Epistolarios, horas quemadas,
rezando con escapularios, puertas cerradas,
balcones con luces encendidas, inaccesibles,
ventanas marchitas, sin vida, imposibles.


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