Ya estoy demasiado curado de espanto,
has arruinado todo mi gran imperio,mi corazón te espera en el cementerio,
junto a los cipreses de aquel Camposanto.
Tu lejanía insípida me arrebata,
solo acierto a ser un triste peregrino,que cuando no te ve a solas me imagino,
tu risa franca y resuelta en catarata.
Mis sentimientos erráticos han muerto,
yacen inertes en el centro del ruedo,
se cayeron infelices y sin miedo,
tan solo queda la tristeza por cierto.
Mi alma se ha vuelto pendenciera e insensata,
harta de aguantarse tantas penas mías,tras frías e interminables agonías,
no quiere morirse, ni tampoco mata.
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