Que se ventilen un poco los sentimientos que duelen,
Porque andan asidos a mi piel como alfileres,
Al igual que la historia de Eva con la manzana.
Una vez estén abiertas las ventanas de tu alma,
Y haya entrado libremente un airecillo fresco,
Empiezas a notar que comienzan a sudar tus palmas,
Eso es amor del bueno, en estado gigantesco.
Cierra los ojos, piensa en mí y dime que no me quieres,
Pero hazlo completamente sin dudas y convencida,
de lo contrario no me voy a creer nada en absoluto.
Yo sigo esperándote sin cansancio todos los atardeceres,
En mis noches de vigilia tú eres la más querida,
Mis días de hastío sin ti están vacíos y llenos de luto.
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