Cuando te veo pasar y no puedo hablar contigo,
Entonces es cuando pienso y me enveneno,
Porque siento el peligro tras de algunos postigos.
Me siento un gallo sin gallinero,
Un político en una isla desierta,
De agua dulce o de secano, un marinero,
Un polizón en el mar de una botella.
Me siento solo entre cientos de personas,
Una gota de agua en una mar de olas,
Un velero sin rumbo y a la deriva,
Me siento la piedra más pequeña del camino,
Un “Don Álvaro y la fuerza del sino”,
Inútil como un sello de correos sin saliva.
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