He perdido lo que había ganado,
Dentro de tu alma y de tu corazón,
Me has despedido y me has odiado,
Y me has vetado tu derecho de admisión.
Como gato en celo ando por los tejados,
Maullando lastimeramente al alma de la luna,
Sin haber pagado por el muerto de Fuenteovejuna,
Con las mil heridas del corazón del soldado.
Ahora que te suplico un beso de rodillas,
Ahora que te suplico que te enganches a mi,
Ahora que te suplico erguido y en cuclillas,
Que reine la esperanza dentro de ti,
Que bailes con mi corazón unas seguidillas,
Que me digas que me quieres, sólo porque sí.
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