Los bajos de una escalera
tuvieron la culpa del primer contacto,
pusieron mi corazón patas afuera,
te convertiste en la sirena de todos mis cantos.
He intentado no escalar los escalones,
he probado a enderezar bien los renglones,
de una historia increíble y preciosa,
que vuela libre con el aleteo de mil mariposas.
Llegados a éste punto, que no tiene nada de punto final,
me sonrío para mis adentros,
con solo verte un instante al pasar,
eres la dicha de mis tormentos,
eres la que mi boca quiere besar,
eres la columna central de todos mis pensamientos.
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