decirte que el olvido es tu mayor traición,
parece que si has querido,
olvidarme del todo con falta de razón.
Parece, por lo que dicen,
que me buscas por las esquinas,
y en las colas de las estaciones de los trenes,
lloras al despedirme enfundada en tu gabardina.
Un pañuelo con olor trashumante,
al viento húmedo del olvido,
lanzas sin llegar a percatarte,
que ya no me tienes, que ya no sigo
tus movimientos de caderas,
por las aceras que llevan a tu ombligo.
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