Ni me defraudas ni te defraudo, ¡maldita sea!
Tu mundo seguro nunca encajó con mi mundo,
Además están primero tus hijos y mis hijos.
Se ha apagado definitivamente la ardiente tea,
Ahora me toca vivir un tiempito iracundo,
Me apetece encerrarme a meditar en un cortijo.
Nunca me diste oportunidad en lo que te pedía,
Tus hachazos fueron constantes y fieros,
Tu corazón practicó siempre conmigo la usura.
Es por ello que mi alma ahora te ve fría,
No vamos a aplicar ni cataplasmas ni sueros,
Lo que se arruga no puede recuperar su tersura.
Mi corazón es el más ciego de los oculistas,
En eso es en lo único que ha sido fecundo,
¿Te acuerdas todavía de aquel ciento diecinueve?
Tú sigue a lo tuyo leyendo tus revistas,
Mientras no me piensas ni un bendito segundo,
Intento ver si dentro de ti algo se remueve.
Tuya sigue siendo la boca bajo mi bigote,
Aunque sabes que a veces eres muy injusta,
Mi vida ya no es dulce como un Chupa Chus
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