Te mereces el mejor de los monumentos,
por quererme, por ser así y crecerte,
porque ante la adversidad te vuelves fuerte,
por tener tan bien dotados tus cimientos.
La vida nos ha enseñado de los escarmientos,
los sentimientos no saben de la muerte,
solo pretendo hacerte feliz por hacerte,
por ello me bebo hace tiempo los vientos.
Mi felicidad eres tú quien la fabricas,
me encante verte en tus almenas y torres,
tus caricias son para mí las más ricas.
Cuanto más hundido estoy siempre me socorres,
me quitas las penas, la alegrías me multiplicas,
así que de mi costado nunca te borres.
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