No quiero que te sientas desafortunada,
El amor es en tu vida una constante,
sé que no es suficiente con ser mi amante,
vivimos tristes bajo Damocles y su espada.
Esta bella historia está arada y labrada,
Por los pasos de este buen caminante,
Las huellas las deja impresas en tu semblante,
Cada día riega su sudor toda su jornada.
De tu profundo amor nunca reniego ni dudo,
la mujer de hielo es a veces ardiente,
sin embargo representa que es una santa.
Amar amó quien quiso y nunca quien pudo,
No es fácil de gobernar esa caudalosa fuente,
Y a veces cuando empieza a manar se atraganta.
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