Llevas un tiempo en el que ni subes ni bajas,
parece que te divierte mucho tal desatino,
mientras tanto yo sigo andando tu camino,
y tú te esmeras en partirme en rodajas.
Mi corazón te quiere y por eso tú lo atajas,
¡mira que rezo y pido al ente divino!,
que afine mi puntería y mi buen tino,
porque mi alma por momentos la desgajas.
A veces mi alma parece que se derriba,
pero un soplo de amor la previene,
a pesar de que cada día le eres más esquiva.
En tu cumbre parece que ahora se detiene,
tampoco puede pretender llegar más arriba,
otea el horizonte pero no ve quién viene.
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