Rasgando hasta lo más hondo,
buscando ese amor decente,
al borde de quedar loco,
pero teniendo presente
que el amor para la gente,
es sexo que sabe a poco.
De una manera indecente,
voy arañando sin rencillas
almas solas y desnudas,
para buscar sus cosquillas,
y aplicarles limpias mudas,
poniéndome de rodillas,
encendiendo mis bombillas
viendo alegre cómo sudas.
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