Que hay un gentío en la cola,
Que echas chispas allá donde vayas,
Que tus lágrimas te hacen la ola.
Parece que el chocolate espeso está en un ERE,
Que en su juventud no pasó la viruela,
Que el bicho más malo también se muere,
Que en la cazuela ya no entra lo que vuela.
Parece que lo que menos brilla es tu presencia,
Que no estaba tan bueno cuando se murió,
Que pensar las cosas en caliente es tu esencia,
Que las mató callando cuando habló.
Parece que tu alma ya no tiene alto vuelo,
Que a cada tema siempre le toca un loco,
Que no quedan olivos para tanto mochuelo,
Que no está tan extendido ni tendido el moco.
Parece que ya no tiras piedras en tu tejado,
Que hace tiempo que el tiempo no pide tiempo,
Que sigues fumando más que un indio cabreado,
Que ya no llueve a mares ni a destiempo.
Parece que el cocodrilo ya no llora,
Que en Lepanto todos son ambidiestros,
Que la ostra ya no se aburre ahora,
que estás más muerto que tus ancestros.
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