Dando tumbos por el gélido suelo,
Cada lágrima es una perla de hielo,
Destinada a la conciencia de mi amada.
Cuando la veo parece como turbada,
Algo así como huyendo del cielo,
En un estéril e imaginario vuelo,
Como Ícaro femenino, mujer alada.
Yo persigo construir con ella un nido,
Calentarlo con huesos de ciruela,
Se acabó el pesado sueño del olvido.
Al fin conseguí dar con mi alma gemela,
Ya viene aunque parece que nunca se ha ido,
Parece que su estela conmigo vuela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario