¡qué bonita es la florida primavera!
Rojo intenso mezclado con el cielo,
Y un verde que da paz imperecedera.
¡Qué alegre salta por el suelo!
Un corazón que retoza por tu melena,
No está libre de algún desconsuelo,
Aunque desconsolado sigue a tu espera.
Dos cerezas rojas llevo en el pecho,
Las que no aguardan a cualquiera,
Y solamente por ti echan el resto.
Tan solo un triste par de cerezas,
Tatuadas en el alma con mucho esmero,
Esperan un guiño que llegará con certeza.
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