Esta letra nace al amparo de la melodía "La canción mas hermosa del mundo" incluida en el cd de Joaquín Sabina "Dímelo en la calle".
Yo tenía un amor
sin control, una sonrisa de seda,
La piel del
corazón áspera, ni un duro en la cartera,
Una “lettera
treinta y dos” que escribía siempre con retraso,
Y en el alma un
par de lentes gordas, de culo de vaso.
Un corazón
anegado en sus lágrimas con tristes cosquillas,
Los sentimientos
astillados justo en mitad de las costillas,
Unas ganas
tremendas de hacer contigo un mal trato,
Una mirada
perdida que perdió sus uñas de gato.
Ya se sabe que
el que ama, pierde siempre primero,
Aunque tengas el
alma salada de un buen marinero,
No juegues de
farol, aunque lleves la sota de copas,
Aún recuerdo
aquel vagón donde no te quitaste la ropa.
Estabas
escondida en el fondo roído de mi chistera,
A bote pronto te
confundí con una morena balsera,
No supe
distinguir de aquel otoño ni un triste segundo,
Mi única meta
era poder esconderme en tu mundo.
Yo llegué a la
vida muy solo, por mi abuela soltera,
Mi único
catecismo eran las caderas de una extranjera,
Mi corazón se
acostumbró a estar de venta ambulante,
Mi vida es una
carrera de fórmula uno, pero sin volante.
La Virgen de la
Amargura ahora se ríe de mi desdicha,
Perdí la mano de
póker, ya no me queda ni una ficha,
La autopista de
mi vida se me escapa de las manos,
Para el amor jamás
me mostraron unos malos planos.
Me harté de ser
siempre el mismo tonto por ciento,
De esperarte por
las esquinas lleno de aburrimiento,
Y ahora dime tú:
¿para qué necesitas un sudario?,
El auténtico lo
usaron hace siglos en el Monte Calvario.
Junto al golfo
de tu ombligo izaré al final mi bandera,
Treparé desde
tus rodillas a esperarte en tu sala de espera,
No tardes en
llamarme porque estoy decaído y moribundo,
Como tardes un
poco más, entraré en un coma profundo.
No he podido
dormir nunca más como un lirón,
Viéndote reflejada
en la mar, navegar por mis venas,
Aunque siempre me
digas que no, sí que merece la pena,
Observar por
encima de tu hombro este loco mundo,
Que me vuelve a
tirar una y otra vez fuera de tu futuro.
Tan solo
agarrado a tu cuello dejaré de ser trotamundos.
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