Mis
Poceños, mis poceñas,
Señoras
y caballeros,
Gigantes
y cabezudos,
Lugareños,
forasteros,
Ciudadanas,
ciudadanos,
Gatas
y gatos y perros,
Vestidos
de sevillanas,
Guapas,
guapos, ricos y feos,
Mujeres
con sus labores,
Poceños
y Fontaneros,
Sin
olvidar el Pantano
De la
Bolera, ¡tremendo!,
Por
boca de un emigrante.
Un
Andalúz muy poceño,
Intento
contar con arte,
Cuánto
se os echa de menos.
Hago
el pregón de estas fiestas,
De mi
villa, de mi pueblo,
es
pesar de mis pesares,
De encontrarme
siempre lejos.
Aquí
nacieron mis padres,
aquí
su descanso eterno,
aquí
quiero dedicarles,
mi
tierna mirada al cielo.
Extranjeras
bien casadas,
Aceituna
y caribeños,
La
recolecta en Diciembre,
es
dura como el acero,
somos
gentes cosmopolitas,
indios,
moros, chinos, negros,
quiero
decir bienvenidos,
a
este Pozo tan moderno,
a
éste pueblo tan antiguo,
con
pasaporte europeo.
Cuando
hay ganas de marcha,
De
corazón mucho deseo,
Que
brindéis por Santa Ana,
La
patrona del buen gesto,
Enseña
a leer a los niños
Con
su libro siempre abierto.
Desde
éste balcón os pido
no
pensad en el dinero,
ni en
el arte del marido,
ni en
políticos chusqueros,
pensad
en la buena farra,
olvidarse
del currelo,
las
fiestas hay que vivirlas,
con
ebullición y ajetreo.
Y
para estos lindos tiempos,
Que
no falten los pañuelos,
Ni el
chocolate con churros,
tampoco
abundante tapeo,
que
haya risas y jarana,
regada
con buen cachondeo,
Así
que admirar los cohetes,
La
verbena, el bailoteo,
Que
reine siempre la alegría,
Que
estos tiempos son de recreo,
Las
penas hay que regarlas
con
vino, que así son menos,
que
no nos prohíban los toros,
que
no nos tomen por memos,
políticos,
no son todos,
aunque
pueda parecerlo,
que
parecen medio locos,
pero
hemos de tenerlos.
Con
los niños en las calles,
Y en
cada balcón un tiesto,
En
cada rincón un baile,
Y en
cada zaguán un beso,
Desde
el Puente de los Ojos,
Hasta
el Callejón del Reloj,
Y
desde la asomadilla,
Hasta
la guapa Encarnación,
Todo
el mundo se arrodilla,
Para
dar Gracias a Dios,
Por
la mala salud de hierro,
Por
haber plantado un plantón,
hasta
las puertas de Toledo
Envidian
a Pozo Alcón,
Que
se aplaudan los toreros,
Y
también sus taleguillas,
Que
se chispen los abuelos,
¡Con
ellos a pies juntillas!,
En
estas horas felices,
No
hay hueco al desconsuelo,
al
sueño hay que ganarle,
mejor
cuanto más terreno,
que
corra el whisky y la risa,
bailar
con atrevimiento,
que
las orejas del lobo,
las
vimos en otros tiempos.
Subir
a las voladoras,
Comprarle
al turronero,
Comer
algodón de azúcar
Por
unos días al menos,
Comer
ricas peladillas,
¡Que
unos kilos son muy buenos!.
Que
vuelvan ya Los Terribles
Y que
vuelvan ya Los Genios,
Que
todo lo más antiguo,
No es
de desmerecimiento.
Que
no reine la tristeza,
Que
no triunfen más los celos,
Que
al cuerpo siempre hay que dar
Lo
que hay que darle al cuerpo.
Once
meses por delante,
Para
volver al barbecho,
la
oficina, la hipoteca
la
familia, el colegio,
días
de sol y de lluvia,
de
aprobados y suspensos
Siento
envidia de vosotros,
por
tener que vivir lejos,
pero
yo nunca me olvido,
cada
día yo me recuerdo,
que
soy y tengo un sentido,
y soy
cómplice y fraterno,
porque
nací y he vivido
con
los mismos aparejos.
Y me
despido, ¡que es hora
De
bailes!, que no de versos,
De
poceñas y poceños,
Mirándome
en sus espejos,
Yo
siempre me he reflejado,
Mi
alma limpia aquí os dejo.
Cuando
se acabe la juerga
Mejor
que nos coja en cueros,
Jugando
con la parienta,
Al
más dulce de los juegos.
Acompañadme
en el grito,
Que
se me escapa del pecho:
¡Viva
la gente del Pozo!
¡Vivan
las Fiestas del pueblo!
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