Mis Poceños, mis poceñas,
Señoras y caballeros,
Gigantes y medianetes,
Lugareños, forasteros,
Ciudadanas, ciudadanos,
Gatas y gatos y perros,
Con peineta y con mantilla,
Guapas, guapos, ricos y feos,
Mujeres con sus labores,
Poceños y Fontaneros,
Sin olvidar el Pantano
De la Bolera, ¡tremendo!,
Por boca de un emigrante.
Un Andalúz muy poceño,
Intento contar con arte,
Cuánto se os echa de menos.
Hago el pregón de esta fiesta,
De mi villa, de mi pueblo,
es pesar de mis pesares,
De encontrarme siempre lejos.
Aquí nacieron mis padres,
aquí su descanso eterno,
aquí quiero dedicarles,
mi tierna mirada al cielo.
Extranjeras bien casadas,
Aceituna y caribeños,
La recolecta en Diciembre,
es fría como el acero,
somos gentes cosmopolitas,
indios, moros, chinos, negros,
quiero decir bienvenidos,
a este Pozo tan moderno,
a éste pueblo tan antiguo,
con pasaporte europeo.
Cuando hay ganas de misa,
De corazón os deseo,
Que brindéis por Santa Ana,
La patrona del buen gesto,
Enseña a leer a los niños
Con su libro siempre abierto.
La Virgen de los Dolores
mi mayor convencimiento,
mi más grande devoción,
todo el luto va por dentro.
Cargados de mucha emoción
En días de recogimiento
Nuestro pueblo: Pozo Alcón,
Muestra el corazón al viento
la Virgen de la Esperanza,
Es también Virgen del pueblo,
Orgullosas saetas se cantan
a Jesús el Nazareno,
Los fieles llevan el paso,
En volandas va el féretro,
Precioso Santo Sepulcro
parece levantar vuelo.
El aire huele a angustia,
El Padre Jesús va preso,
Pero no hay que asustarse,
San Juan nos bendice a dedo,
mucha emoción contenida
más lágrimas que pañuelos.
Es nuestra Iglesia Parroquial
Más preciosa que un buen museo,
Señora de la Encarnación
Graciosa con gran jubileo.
Preciosa Virgen de Tiscar,
con exceso de desconsuelo,
Y la bella Dolorosa,
da cariño a más de un ego,
Entre suspiros enciende
Cirios, llora su amargura,
Al no encontrar ya consuelo,
Jueves Santo, Viernes Santo,
La Verónica en el ruedo,
Con sus siete cantinelas,
Sus estrofas y sus ruegos,
La Fuente Taza es testigo,
testigos son los labriegos,
y también las bellas mozas,
que viven en nuestro pueblo.
Llega el Sábado de Gloria
El pueblo entero es un duelo,
Las abuelas van a misa,
Los abuelos van al fresco,
marcadas por las mantillas,
intenso olor a romero,
se sonrojan las mejillas,
se cubren con chales negros.
Un pañuelo de puntilla,
La imagen del Nazareno,
Sirve como estampilla,
Para mostrar el sendero.
Sentimientos y peinetas
apuntan firmes al cielo,
preciosa voz tan quebrada
recita lo verdadero,
esa verdad tan cristiana,
Que vive en el candelero,
Vida, pasión y muerte,
De aquel señor tan supremo,
Así, ¡no nos escondamos!,
No tenemos que escondernos,
Nuestra fe la profesamos,
Con el corazón abierto,
Pozo Alcón, pueblo creyente,
Pozo Alcón, pueblo sincero,
Plagado de buena gente,
Lleno de buen sentimiento,
Celebremos la Semana,
Semana Santa de ruego,
Abrazados como hermanos,
Es lo justo que así estemos.
Desde el Domingo de Ramos
Hasta el de Resurrección,
Hay siete días intensos,
Desbordados de emoción.
¡Anda que no anda la Burra!
Con el nazareno a cuestas,
Llevando la buena nueva,
Al confín de los planetas.
San Juan es puro alborozo,
La Virgen llora sin pena,
terminado el velatorio,
es tiempo de paz serena.
Me despido, ¡que ya es hora!
Diciéndole al mundo entero,
Que somos un pueblo unido,
Que no tenemos complejos,
Que todos son bienvenidos,
Los de cerca y los de lejos,
Que todo hombre bien nacido,
Es uno más de los nuestros,
Nos sentimos orgullosos,
Si nos tienen como espejo,
y celebran con nosotros,
el buen acontecimiento,
del Cristo resucitado.
Acompañadme en el grito,
A pleno pulmón gritemos:
Y con ardor ferviente
Digamos al mundo entero:
¡Viva la Semana Santa!
¡Viva la gente del pueblo!.
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