El daño que me harías si te fueras,
mejor para los dos que nunca vieras,
maldecir mil veces tu bello nombre.
Yo sólo aspiro a tenerte en mis brazos,
no a que me dejes tirado y hecho pedazos,
porque mi fin es poder ser tu hombre.
Vivir en una continua borrachera
de amor, que no acaba ni es pasajera,
si no que más bien con alas vuela.
Saber que por muy lejos que te vayas,
Y por mucha borrachera con cazalla,
Solamente pensarme no te consuela.
Pasaran los días, los meses y los años,
Al final el recordarme te hará daño,
Aunque ahora no lo quieres admitir.
Cuando vuelvas un día, si es que vuelves,
Te darás cuenta de que nada resuelves,
Y que se te hace cuesta arriba vivir.
De nada habrá servido tanta melancolía,
Provocar tanta ansiedad día a día,
A sabiendas de que no era lo más justo.
Aunque no te vayas el daño ya está hecho,
No hay que darle más vueltas, al acecho
Lo único que queda es un buen disgusto.
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