Nunca nos conocimos de chicos,
Y hoy al fin me salen las cuentas.
“Hola guapa: ¿Qué tal?”
Le dijo mi corazón valiente
A aquella mujer fatal.
Me miró sin mover su boca,
Con su dulce mirada loca
Sin siquiera pestañear.
Se hizo un nudo en mi garganta,
Fijé distancias con mi “Carpanta”,
Me dije: “Aquí habrá que torear”.
Eran finales de un caluroso Agosto,
A malvivir sin sus besos no me arregosto,
Sin ella la vida carece de sentido.
Por eso seguimos al pie del cañón,
Empeñando por completo el corazón,
Sin importar lo tanto y tanto sufrido.
La distancia es agria, un abismo,
Que se torea con bastante civismo,
En esa hora que no acaba de llegar.
Las nubes viven con cierto optimismo,
Un huracán pelea consigo mismo,
El amor subyace a rabiar.
Platja D´Aro – Un día de Junio de 2017
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