Aunque no es una empresa fácil,
La muerte, siempre preparada y ágil,
Los noes van haciendo eco en un frontón.
Se cierra de golpe el pesado porticón,
Chirrían las bisagras de un alma frágil,
Lo más simple aparece como lo más difícil,
En la mente ya no cabe más tribulación.
Mientras tintinean sin pausa en el alma,
Miles de imágenes que te hacen perder la calma,
Y tu ausencia se hace eternamente sempiterna.
Se recrudece el ataque, a lo bestia, de ansiedad,
Tu diaria lejanía me machaca sin piedad,
Mi corazón y el tuyo nunca están en la terna.
Calella, 11/06/15 – 13:11
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