¡Qué duro es no poder decirte que te quiero!,
negar a las almas que están tan enamoradas,
algún día llegará en que se sientan pagadas,
aunque para ello no haya en el mundo dinero.
Yo ya tan solo aspiro a ser tu fiel escudero,
las venas, de sufrimiento, las tengo arrancadas,
desgarrada el alma, ya no aguanta más puntadas,
mi amor es tan tierno como el cuerpo de Platero.
Noventa veces se me verá el plumero, ¡noventa!,
un guiño tuyo es mi mejor bebida y comida,
y eso que de besos solo me has robado cuatro.
En cinco años parece que no estás contenta,
te he entregado todo lo que poseo, mi vida,
Te aseguro que mi amor adolece de teatro.
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