Llegó el final con su afilado filo,
Dejando el borde muy conciso y claro,
Vamos a apagar la luz de este faro,
Mi corazón ya no te pide asilo.
Realmente no me ha gustado tu estilo,
Siempre hemos tenido un tufillo raro,
tú hablas sin el más mínimo reparo,
la verdad que ni aprendo ni espabilo.
Reina inconfundible de mis escritos,
A ti dediqué mi tiempo y mi templo,
Sin esperar nunca un final abrupto.
Tus palabros tan fríos son inauditos,
Tengo claro que no he sido el ejemplo,
De mí no aprendiste tanto exabrupto.
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