Por muy altas que estén esas montañas,
Por muy pobladas que vistan de nieve,
El amor que me habita y que me mueve,
Hace escalas en algunas cabañas.
El fuego fatuo que arde en mis entrañas,
No amenaza ser cenizas en breve,
Va a luchar enconado si se atreve,
Porque seas la mejor de sus hazañas.
Para ello no necesita violencia,
Labrados estandartes o banderas,
Ni acabará vistiéndose de luto.
Solo cuenta con su leal resistencia,
Con paciencia finita en las esperas,
Y el amor elevado al absoluto.
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