Últimamente creo a menudo que no hay derecho,
Que no puede ser que un amor sufra desventura,
Porque se va directo al borde de la locura,
dejándote tirado, inútil e insatisfecho.
No hay derecho que pase por un lugar estrecho,
que triunfe sobre todo una luz opaca y oscura,
porque el triunfo del desamor hace vida dura,
y es un jergón demasiado duro como lecho.
A duras penas puedo saber de qué parte estás,
a mí sin ti me espera sólo la fría muerte,
mi alma ya no puede luchar más, está fatigada.
Casi nunca tengo claro si vienes o te vas,
maldigo mil veces mi maltrecha mala suerte,
sí, tengo que ser fuerte pero es agua pasada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario