A tu corazón le has colocado un vado,
Mi frente arrugada luce encanecida,
La mirada empieza a estar humedecida,
Mi corazón se ha pillado un resfriado.
Lo único que pretende es estar abrigado,
Pero tu alma anda demasiado escondida,
A mi alma la tiene bastante exprimida,
Este amor está fuertemente engastado.
¡Mira que éramos reyes de la blancura!
No sé dónde hemos dejado aquel viejo brío,
Tampoco hace falta que te rasgues la vestidura.
Si te falta un corazón, aquí tienes el mío,
Pero ya no te sobrará con tu hermosura,
Tan solo tú hiciste que se secase aquel río.
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